Hoy 30 de septiembre de 2024, el presidente Luis Arce declaró oficialmente un estado de desastre nacional en Bolivia debido a los devastadores incendios forestales que han arrasado grandes áreas del país. Esta declaración permite movilizar todos los recursos disponibles para combatir los incendios y atender las emergencias generadas por los siniestros. La medida llega después de semanas de esfuerzos infructuosos por controlar los incendios, que han afectado principalmente las regiones del oriente boliviano, incluidas zonas cercanas a Santa Cruz.
Leer más: Incendios forestales: Gobierno declara desastre nacionalLos incendios han generado una crítica generalizada hacia el gobierno, ya que muchos consideran que la respuesta inicial fue insuficiente. Los sectores afectados, especialmente comunidades indígenas y agricultores, han denunciado la falta de recursos para prevenir y combatir los incendios. Arce ha defendido la gestión de su gobierno, argumentando que las condiciones climáticas extremas y la proliferación de quemas ilegales han exacerbado la situación.
La declaración de desastre nacional busca no solo canalizar fondos y asistencia nacional, sino también abrir la puerta a la ayuda internacional. Arce ha solicitado a la Asamblea Legislativa Plurinacional la aprobación de créditos de emergencia por un total de 325 millones de dólares, destinados a financiar las operaciones de control y recuperación ambiental. Estos créditos también se utilizarán para fortalecer las sanciones contra los responsables de quemas ilegales, un problema recurrente en Bolivia que contribuye significativamente a la deforestación y los incendios.
La emergencia ha reavivado el debate sobre las políticas ambientales del gobierno y la protección de los bosques. Grupos ecologistas y activistas han señalado que la laxitud en la aplicación de leyes ambientales, sumada a la expansión agrícola, está llevando al colapso de los ecosistemas en muchas áreas del país. Los incendios de 2024 son vistos como un llamado de atención urgente para mejorar las políticas de manejo de tierras y recursos naturales en Bolivia.
A medida que las llamas continúan avanzando, el gobierno ha desplegado equipos de bomberos, fuerzas armadas y brigadas civiles para combatir los incendios. Sin embargo, la magnitud de los daños ya es inmensa, y la recuperación total tomará años. Las consecuencias a largo plazo de esta catástrofe podrían incluir la pérdida de biodiversidad, daños a la salud pública y una crisis económica para las regiones afectadas